Fuimos la generación que dio todo,
luchando en el campo, siendo uno.
Pequeños enfrentando a gigantes,
avanzando yarda a yarda, duros golpes, final triunfante.
Fuimos la generación que lo gano todo, no
teníamos rival.
Avanzando cada vez, teníamos hambre de
más.
Los rivales caían uno a uno, se reían de
nosotros, no sabían lo que podíamos dar.
Fuimos la generación mas fulminante,
caían a diestra y siniestra, nadie nos podía parar. Nos miraban con miedo, no
sabían como reaccionar.
Fuimos la generación que un equipo nunca
había tenido, la generación deseada. Éramos el futuro de un equipo ganador, y,
triunfador.
Fuimos la generación que no nos importaba
nada, rodilla hinchada, costilla magullada, pie torcido, muñeca rota o grandes
caídas nunca contadas.
Fuimos la generación que gano en España,
conquistando Cataluña, haciendo sufrir a rivales.
No éramos los mas grandes, pero éramos
los mas grandes de corazón, le echábamos fuego, le echábamos más valor que
nadie.
Pisábamos el campo a grandes zancadas,
solo nos miraban, nos observaban. Querían estudiarnos y pararnos, pero nunca lo
consiguieron.
Cubriéndonos las espaldas, dándolo todo
por el de al lado, nuestra familia, nuestros hermanos, la hermandad mas
apreciada.
Muchos abandonaron el barco y muy pocos
sobrevivieron, cada vez éramos mas débiles, nos hacíamos mayores.
Íbamos subiendo el escalón, observando a
los mayores, nuestro ejemplo a seguir, íbamos a estar junto a ellos muy pronto.
Nuestro ejemplo a seguir, conquistando
Cataluña, España y hasta Europa, un equipo digno de admirar, grandes hombres
sin miedo ni pasión a los demás.
Pero, todo cambio, nuestro equipo cayo
vencido, solo quedamos 3 o 4, los ejemplos a seguir, los capitanes, los
maestros de la siguiente generación.
Caíamos como moscas, golpes sin cesar,
muchas bajas, el sabor de la derrota, el sabor que no queríamos probar.
Todo lo grandioso se acabo, ya no éramos
los mejores, intentábamos luchar sin parar, pero, todo lo bueno tarde o
temprano se va.
Nuestros mayores también se iban, dejando
huecos sin tapar, éramos su única salvación. Todo eran derrotas hasta la
eliminación.
Éramos la generación de oro que acabaría
ocupando su lugar, pero todo se desvaneció.
Fuimos la generación de oro que nunca se
olvidara, la mejor generación de la cual, todos están orgullosos de haber
formado parte, de la que nadie borrara.
Fuimos niños con sueños de mayores,
sueños cumplidos, pero que un día llego el despertar, topándonos con la
realidad.
Fuimos, solo eso, el pasado nos echa de
menos, el presente nos entrena duro sufriendo y llorando, pero el futuro, nos
quiere hacer viajar atrás.
Fuimos la generación de oro, la cual, un día
de estos, volverá a brillar.